miércoles, 15 de junio de 2011

Del intento por clarificar o clasificar el arte digital a la detección de problemas centrales que pueden incluso ser parte de otras técnicas o procesos artísticos.

 por Gabriela Mendoza Sánchez

INMEMORY (CD-ROM) de Chris Marker
Las técnicas digitales están otorgando al arte además de nuevas herramientas y soportes, la oportunidad de discutirse y redefinirse, ya sea en el desarrollo del arte digital o incluso viendo las convergencias o divergencias con áreas y técnicas ya existentes.
Al tratarse de una nueva técnica, varios autores como Paloma González Díaz tratan de ofrecer al lector interesado un glosario básico de conceptos propios de los medios digitales y los que del arte han servido para la realización del arte digital[1].
Autores como Juan Carlos Delgado dan cuenta del estado en el que se encuentra el arte digital en América Latina, en especial en Lima, Perú[2] destacando las posibilidades de lo digital que además de ser un medio para realizar las propuestas artísticas permiten llegar a un público amplio. Estás posibilidades podrían encausarse a través de proyectos específicos para dar lugar a una amplia experimentación en este nuevo y móvil terreno artístico.
El arte digital, por otro lado, también obliga a repensar en la relación arte y ciencia, que siempre ha estado presente, el arte se ha válido de los descubrimientos científicos y quizá los que más han incidido en los cambios más significativos a la concepción antigua que se tenía del arte –que se puede ver sobre todo en la pintura y la escultura- ha sido lo referente a la óptica, a “la generación de imágenes basadas en la máquina, y a la visión a partir de las máquinas”[3] La óptica cambio la forma de pintar, la forma de ver, analizar y hacer esculturas, género la fotografía y el cine.
Walter Benjamín, señaló: “En vano se aplicó por de pronto mucha agudeza para decidir si la fotografía es un arte, sin plantearse la cuestión previa sobre si la invención de la primera no modificaba por entero el carácter del segundo”[4]
De igual manera como las ciencias logran cambiar la forma de hacer y pensar el arte, el arte de acuerdo a sus exigencias motivadas por los deseos de expresión de las subjetividades de sus autores y a la búsqueda de nuevas formas va creando necesidades a las que la ciencia tiene que dar respuesta.

The Tulse Luper VJ por Peter Greenaway
Peter Weibel en su ensayo titulado La irrazonable efectividad de la convergencia metodológica del arte y la ciencia, no sólo menciona lo enunciado líneas arriba sino la capacidad de influirse metodológicamente un mundo al otro. El arte siguiendo estructuras que le permiten llevar a un fin sus proyectos; la ciencia incluyendo en sus métodos la posibilidad de las variaciones, de jugar para ampliar su campo de experiencias y encontrar más resultados de lo esperado.
Este autor para argumentar sobre su tesis destaca las diferencias entre arte y ciencia, a diferencia de la manera tradicional de llevar acabo estudios teóricos buscando las analogías, sin embargo, como se puede ver destaca la proximidad entre arte y ciencia a través de su metodología, que como antecedente tuvo el libro de Paul Feyerabend La ciencia como arte, que el mismo Weibel cita. Entonces, afirma: “Porque siempre que la ciencia tiende a hacer sus métodos demasiado autoritarios, demasiado dogmáticos, la ciencia se vuelve hacia el arte y hacia la metodología del arte, que es la pluralidad de métodos”[5]
La ciencia y el arte en conjunto han llevado a la creación de artefactos o juguetes filosóficos[6] como la cámara fotográfica y con ella se modifica la manera de hacer y pensar el arte, ahora con el surgimiento de los nuevos dispositivos digitales, la discusión sobre la fotografía, el video, el cine y la televisión sigue; porque todavía para varios autores, ninguno de estos campos ha logrado su consolidación o su muerte –entiéndase muerte la reflexión total sobre las variantes de su propia técnica, como en el caso de la pintura que lo que le otorga posibilidades en la actualidad son los contenidos que cada artista trabaje-.
De entre estos cuatro dispositivos para producir, reproducir o transmitir imágenes debe recordarse que algunos se utilizan menos como medio artístico.
En Nuevos soportes tecnológicos, nuevas formas artísticas…, José Luis Brea afirma que ha pasado mucho tiempo antes de que la aparición de la técnica fotográfica haya dado vida a una nueva forma artística, que el video probablemente no llegará a hacerlo nunca, ya que el videoarte es un subgénero subsidiario de otros.[7]
Estas afirmaciones que parecerían ser demasiado tajantes, según se entiende tienen la intención de insistir en la reflexión detenida sobre el uso que se le da a estas herramientas tecnológicas, si el deseo es encontrar nuevas formas artísticas a través de las nuevas tecnologías digitales, deberán concentrarse los esfuerzos en dominarles y no perder de vista el origen de las discusiones sobre el arte que ellas mismas han generado.
Nos da una pista clara de lo que dichos medios han sido en su mayoría y de lo que deben alejarse para entrar en la construcción de nuevas formas, en el orden de lo simbólico. “El problema con los medios de reproducción técnica de imagen en movimiento, cinemática, es que no logran efectuar este distanciamiento de lo real (…) En el caso de la televisión, todavía es peor”[8]
Las reflexiones que ocurren a partir de la función de estos medios y van hasta la naturaleza del acto artístico son variadas. Existen también opiniones más positivas acerca del cine sin dejar de ser criticas, y se fundamentan en ejemplos como las teorías de Vertov y Einsentein, Larcher, Toti, etc.
Con estos ejemplos Pierre Bongiovanni[9] habla de relatos fílmicos sobre las “experiencias del siglo”, pero reconoce que su visión se reduce a la civilización occidental.
Siguiendo con los estudios que sacan a la luz los ejemplos más claros de cómo se ha hecho arte con el video y el cine, David Oubiña destaca la obra realizada por Jean-Luc Godard.
En su ensayo pone de manifiesto al igual que en la mayoría de los textos revisados, el riesgo de la frivolización que tienen de las formas y los discursos las industrias, en este caso cinematográficas. Para lo cual, nos lleva al pasado, nos introduce en el mundo de James Joyce y declara: “Joyce todavía piensa en la literatura como un medio de expresión y en el cine, como un espectáculo que le promete dinero”.[10]
Estamos de acuerdo, en que el cine en la actualidad es ante todo una industria del espectáculo, aquí deseo agregar que el cine y  la literatura  reconocen claramente sus productos industriales de los que no lo son, esta es una tarea que las artes plásticas tiene aún pendiente; “reconocer sus valores intrínsecos”[11]. Las preguntas más específicas sobre el arte y la industria o qué lugar pueden ocupar los productos artísticos dentro de la industria, los dejaremos para otro ensayo sobre mercado- y el arte.
Para entrar en la discusión sobre las nuevas tecnologías y el arte, como consecuencia también de un contexto complejo, diverso, móvil, donde el tiempo y el espacio no pueden ser pensados como en el pasado, se requiere de hacer distinciones, para saber en que áreas o que método seguir para lograr esas formas artísticas.
Lo que reúne o distingue a estos medios es la imagen, la representación, la identidad, la subjetividad, la memoria, o la reflexión, el tiempo, el movimiento.
Algunas líneas arriba ya hablamos sobre la diferencia entre la representación de lo real para poder proponer formas en el orden de lo simbólico. Para seguir aclarando las ideas en este orden dentro del nuevo mundo, José Luis Brea se vale de las palabras ROM y RAM, la capacidad de la primera para almacenar y la función de la segunda para generar, crear, reconstruir, “al aumento de las capacidades de procesamiento y conectividad, a las capacidades de gestionar las memorias para hacer advertir a su través lo desconocido, aquello que está aún y siempre por llegar.”[12] (sic)
Para poner a nuestro alcance un ejemplo particular de la aplicación de estos conceptos en la práctica de los medios tecnológicos en los espacios públicos y que sigue en el camino de la revisión de la relación arte ciencia, utiliza el caso de los Museos.
Como se sabe los Museos surgen respondiendo a una necesidad didáctica de las grandes estructuras, y fueron muy discutidos por las Vanguardias Artísticas del siglo XX. El museo sigue buscando su razón de estar en la actualidad.
José Luis Brea señala lo limitada que ha sido la inclusión de las nuevas tecnologías en los museos, -que en la totalidad de nuestro territorio nacional no hemos llegado por lo menos a eso, para bien o para mal-. Los usos que se están dando de estos nuevos dispositivos en su mayoría son la explotación de su función de archivo, la conversión del museo en espacio de espectáculo cinematográfico o en el mejor de los casos la difusión del patrimonio artístico e histórico más allá de sus fronteras territoriales.[13]
¿Por qué digo que en el mejor de los casos se da la difusión del acervo de los museos más allá de sus muros? Este uso colabora a la idea que trabaja este autor sobre la diversidad cultural. “Los nuevos museos pueden convertirse en eficientes nodos capaces de introducir en nuestra experiencia perceptiva reflexividad, interacción, criticidad, capacidad de procesamiento de las informaciones e interconexión, fuerza de comunidad y ciudadanía entre sus usuarios”[14]
Estudios en diversos campos y áreas apuntan hacia la idea que propone, ante el flujo de información con el que hoy se puede contar, se deben fomentar las condiciones para reflexionar sobre esta información, detenerse, es a partir de este espacio para la reflexión ante el agobio o el vacío como se da lugar a “diferirse de la diferencia”[15]. Los medios audiovisuales y tecnológicos incluidos en los museos deberán ir formando a sus usuarios, -público, gestores- para lograr una actitud crítica, los creadores y artistas que se incluyan en estos se supone aportarán esta característica propia del arte, la autocrítica.
Se ha dado paso a la estrecha relación de los medios digitales con el espacio público, abre la posibilidad más que en cualquier otro momento de nuestro pasado a relacionar el arte con la comunicación, a que el arte se valga de la capacidad de diseminación de los medios de comunicación para que se generen en distintos lugares al mismo tiempo los intercambios artísticos y culturales. Sin duda esta misma apertura lleva de la mano riesgos. Y más arriesgada aún me parece la propuesta de la “imagen tiempo que se va y deja de estar para siempre”[16]. Por un lado se puede pensar en que exigiría de quien la realiza y la presencia una reflexión para asimilarla y será ésta la que le quedará para nuevos pensamientos o creaciones. Por otro lado sólo quien estuvo en el tiempo de la imagen es capaz de cuestionarse sobre ella, no habrá lugar a múltiples interpretaciones, a menos que se asegure su difusión y capacidad de convocatoria.
Ante la vorágine de imágenes, propuestas, percepciones, técnicas tradicionales y nuevas, el arte digital invita a conocer, analizar y valerse de las características y/o ventajas de cada una de ellas para realizar nuevas formas, “toda forma artística nace irreversiblemente ligada a un desarrollo de lo técnico”.[17]
 No sólo en el campo de las nuevas tecnologías quienes se acercan a su uso con pretensiones artísticas se quedan en su función de representación o de enunciación o incluso en la mera narración –es decir llevar sin interpretación, sin transformación la literatura a la imagen-. Poco se acostumbra en la actualidad el meterse de lleno al conocimiento de una técnica, para desentrañarla y modificar la materia o la luz  a la vez que nos transformamos o nos reformamos.
En términos digitales se evade la tarea ardua de entrar hardware al de las técnicas, llámese video, fotografía, cerámica, dibujo, etc. En contraejemplo de la mayoría que trabaja sobre la realización de imágenes en la actualidad, está la propuesta de Godard con sus Historia(s) del cine en video, porque eso convierte al cine en una actividad manual e introspectiva y porque permite experimentar con él, tal como lo haría un científico, un escritor o un artesano.”[18]
Ante las novedades tecnológicas que se crean y se comercializan fácilmente ante un mercado ávido de novedad, las propuestas artísticas pueden filtrar su creatividad a estos medios pero persiguiendo sus propios fines. En el mejor de los casos el artista puede tener la capacidad de crear estas nuevas posibilidades y capacitarse para “organizar los escenarios de su ponerse en público, de su producción de audiencia”.[19] Es decir formar una comunidad que gane terreno al uso que hasta hoy se da de la tecnología por los medios masivos de comunicación.
Ganar audiencias para las formas artísticas, se suma a la idea de José Luis Brea acerca de crear comunidades, ciudadanía. Y para el caso de nuestro país, contrarrestar la violencia que se vive, si se convence a un auditorio cada vez más amplio de la capacidad de crear nuestros propios imaginarios, de transformarnos, tal vez se logre transformar la realidad que vivimos. El arte dejó su estatus, desvaneció las jerarquías y hace tiempo ya que dialoga con las ciencias, pero no todas las comunidades y todas las mayorías han logrado elevar su capacidad creadora; somos consumidores de tecnologías, de estilos. Es hora de trabajar para mutar y dar el brinco hacia el lugar de quienes crean el contexto para los imaginarios mutantes.[20]
El momento presente ha dejado atrás la repetición de la memoria, la apropiación frívola de modelos, ya no son necesarias las irrupciones abruptas de las vanguardias como un órgano vivo que rechazaba lo ajeno, es momento de la reflexión de la asimilación de lo que nos fortalece y reconfigura para llegar a auténticas formas artísticas y de pensamiento.


[1] GONZÁLEZ DÍAZ, Paloma. ¿Qué es Arte Digital? Inicios, referentes y conocimientos básicos. (S.D.)
[2] DELGADO, Juan Carlos. Arte Digital y Acercamientos. Recuperado el día 28 de diciembre de 2009 en: http://www.juancarlosdelgado.com
[3] Cfr. “La transformación del arte en la era técnica”. WEIBEL, Peter (2007). La irrazonable efectividad de la convergencia metodológica entre el arte y la ciencia. En  La Ferla, Jorge (comp.). El medio es el diseño audiovisual. Editorial Universidad de Caldas y Eudeba: Colombia. .
[4] OUBIÑA, David. “Una juguetería filosófica (Eadweard Muybridge, Jean-Luc Godard, Hill Viola y asociados). En Pensar el cine 2.  Ed. Bordes Manantial. Argentina, 2004., p 219
[5] Weibel, Peter. Op cit. “Arte y ciencia como construcción social”.
[6] Como los nombra David Oubiña en Pensar el cine 2.
[7] BREA, José Luis. “Nuevos soportes tecnológicos, nuevas formas artísticas. (Cuando las cosas devienen formas)”. La era Postmedia. Libro II: Arte y Ciencia. Editado en PDF el 27 de octubre de 2002., p 142
[8] Idem,  p 146
[9] BONGIOVANNI, Pierre (1997). Acompañar los imaginarios mutantes.En  La Ferla, Jorge (comp.). Contaminaciones: Del videoarte al multimedia. Libros del Rojas, Eudeba: Buenos Aires., p 154-155
[10] OUBIÑA, David., op cit.,  p 212
[11] ACHA, Juan. Problemas artísticos de América Latina. , p 3
[12] BREA, José Luis. “Museo_Ram. El museo como operador de conectividad”. Cultura_RAM. Mutaciones de la cultura en la era de su distribución electrónica. Ed. GEDISA. Barcelona, 2007., PDF: Creative Commons, 2009.,
[13] Parafraseando a BREA, José Luis. Idem,
[14] Idem,
[15] Idem
[16] Ididem
[17] BREA, José Luis . “Nuevos soportes tecnológicos, nuevas formas artísticas…”, op cit., p 139
[18] OUBIÑA, David., op cit., p 214
[19] BREA, José Luis., op cit
[20] Parafraseando a BONGIOVANNI, Pierre en Acompañar los imaginarios mutantes.

miércoles, 18 de mayo de 2011

LA CRÍTICA A LA PAR DE LA ERA DIGITAL

por Alfonso Ramírez Pasillas

Qué nos espera a nosotros como críticos para afrontar este mundo contemporáneo inundado de una enormidad de lenguajes y modos de producir el arte. Cómo prepararnos, cuando las exigencias ya han sido puestas en escena, el crítico no tiene tiempo de reflexionar ante los eventos que se le presentan, sólo le queda hacerlas partes suyas, como una extensión de su lenguaje universal.

Es la rapidez de las obras que aparecen mes con mes que si queremos tomar las cosas con calma tenemos que desechar mucha obra para quedarnos con sólo algunas. Entonces ante una inminente necesidad de hacer crítica, también debemos ser conscientes que tenemos que ser selectivos.

Pero no es una salida de escape real para nosotros, tenemos que asumir la gravedad de la situación, sabiendo que la propia crítica sustituye en muchos casos a la obra misma a través del tiempo, lo ha dicho José Luis Brea[1] .

Aparte de lo dicho tenemos que cuestionar con qué tono queremos escribir nuestros ensayos, si pensando hacia un pequeño público, o amigos, o como debe de ser: afrontando el futuro, creyendo que el arte del que estamos hablando irá a parecerse a lo que estamos señalando en nuestro ensayo.

Debemos creer que los ensayos críticos del hoy, en el mañana serán parte de un “museo RAM” bien fundamentado, como lo menciona Brea. Este permite manipular la información en el momento, es decir, para obtener un resultado que satisfaga al público que está usando una terminal[2].

En el futuro, como menciona Brea se espera poder hablar de un arte que haya superado ese tránsito hacia el uso pleno de la tecnología con fines artísticos [3]. Algo se puede esperar de la crítica a la par de la tecnología, que haya insertada más crítica artística en las redes virtuales que operan en el mercado del arte. Dichas redes que en un futuro podrían estar conectada a los módulos de los museos o desde cualquier casa, el grado de participación por parte de los espectadores puede ser mayor, al grado de quebrantar la identidad real del crítico.
De manera que se puede llegar al extremo porque hablar de un crítico es que estamos hablando de varias personas involucradas en el ensayo. Puede ser tan sencillo como pensar en el hecho de que muchos artistas de renombre usan un equipo de ayudantes para sacar adelante sus proyectos ante las exigencias del público. Siguiendo esta línea de pensamiento, podemos dejar en duda la autoría de los críticos al presentar sus escritos.

Ya que hoy en día esta puesta en duda las palabras que se nos escapan, puesto que de tantas influencias a las que estamos expuestos, podemos estar citando sin que nos demos cuenta, además de que para algunos de ellos la erudición es parte de sus metas, lo que complica aún más la autoría.

A nosotros como público nos espera saber qué nos ha guardado el cine y la televisión. Pues lo que proyectó en años anteriores como lo establece Pierre Bongiovanni, no hizo mas que homogeneizar el saber, reordenando lo que se situaba fuera[4].

Nosotros como críticos tenemos que buscar colocar el arte dentro de ese reordenamiento, ya que hoy en día se compite contra otras mercancías, entonces debemos velar por darle un lugar en el reordenamiento de hoy, para que mañana prevalezca con un plus sobre lo demás. Sabemos que el arte tiene algo más que sólo exhibir un objeto. Parafraseando a Pierre, siempre se busca la renovación de los modos narrativos[5].

Al arte se le da con naturalidad esta tarea, sea arte latinoamericano o chino, siempre debemos tener en mente que el lugar del artista no es fijo, anclado sino en movimiento. Por lo que el artista puede decidir si al estar cambiando su narrativa es parte de sus propósitos.

Se trata de buscar mestizajes fundadores[6]. Lo mismo debemos creer los críticos que siempre habrá una fórmula nueva por explicar y descubrir. Nuevos conceptos por tratar y que deberán encontrar su lugar en la sociedad y así como facilitador: el crítico.

¿Qué herramientas tenemos los críticos para afrontar estas necesidades que venimos planteando? Es una pregunta que debe pensarse con calma, detenidamente. Tenemos el “webactivismo” que menciona Juan Carlos Delgado como resultado de una expansión del internet de hoy en día[7].

Llámese “webactivismo” a cualquier intento en pro del arte que realicemos en internet, desde una simple página gratuita de blogspot, o una página diseñada específicamente o alguna herramienta más interactiva, que tiene cabida en las redes sociales de nuestros días. Así cualquier medio de los anteriores que decidamos emplear para sacar adelante nuestra carrera como críticos o como desinteresados, es buena opción. Estamos conscientes que estas opciones, al igual que otra página de internet deben de ofrecer algo que las haga atractivas. Es ahí donde debemos poner a trabajar nuestra capacidad de gestión social para sacar adelante proyectos que le den valor. Ya que es difícil que la página por sí sola sea suficiente, necesita de aditamentos para hacerla efectiva.

Y hay que pensar que al tratarse de un medio virtual, este debe estar en continuo movimiento, la gente se aburre con facilidad de estos mecanismos, se debe de ser dinámico e interactivo. Debemos aprovechar aplicando a nuestros medios algunas características ventajosas presentadas en varios recursos de internet como facebook o twitter.

Tenemos que aceptar lo que ha dicho Peter Weibel, que en nuestros días estamos gobernados por las ciencias de la computación[8]. Debemos entonces asumir estas ideas con naturalidad, simplemente estamos afirmando que nuestro área de relaciones públicas ha cambiado frente al mundo computarizado, mismo camino que debemos afrontar los críticos, en la manera en que presentemos nuestras ideas.


Como críticos debemos ser conscientes de aplicar este feedback propuesto para los artistas, puesto que no es una herramienta exclusiva de ellos, es un proceso desde la ciencia de la computación para todos.

Este feedback nos dirá en la medida de lo posible si el camino que hemos tomado es el correcto o aún estamos en su frontera. Definir adecuadamente nuestros esfuerzos sería de mucha utilidad, sobre todo ahora que estamos ante un arte muy diverso y siempre en expansión.

Y como críticos ante el arte que más nos especializamos, debemos estar preparados para asumir el arte digital. Paloma González precisa que este arte cambia la manera de conceptualizar la obra misma[9].

Entonces debemos entender qué cambios puede ocasionar que el artista aplique medios digitales a su obra, porque desde la manera de producirse es diferente, se pueden dar lenguajes diferentes y el crítico debe ser capaz de comprender dichos cambios.

La crítica debe ir a la par de la era digital, ya no es posible decir hoy en día que los únicos que aplican tecnología en su obra son europeos, hay que darles su lugar a todos los demás países.

Además como lo menciona Paloma, el autor de una obra digital juega con el resultado de la misma al involucrar al espectador, ya que el público en esas ocasiones a través del net.art termina haciendo la obra, y en otra más de uno se involucra, por lo que termina siendo una obra de varios autores.

En un sitio de internet podríamos aplicar arte relacional para obtener un ensayo de crítica. Haciendo participar a un público para que termine realizando un artículo donde nosotros lo editemos y presentemos el resultado final. Aunque se trate de una idea muy forzada, puede que en un futuro esos modos artificiales que ahora le estamos implantando sean dados con naturalidad, de manera que el resultado sea otro.

Las condiciones de la era digital pueden minar las bases sobre las que se sustentan muchos lenguajes artísticos, de ser una herramienta auxiliar puede pasar a influir directamente el resultado. De aquí tenemos que ser conscientes de sus alcances como medio, como soporte del artista.


[1] BREA, José Luis (2007). Cultura_ RAM. Cap. Museo_RAM. El Museo como operador de conectividad. Gedisa: Barcelona p. 55
[2] BREA, J. Op. cit. p.52
[3] BREA, José Luis (2002). La era post-media. CC Creative Commons. Recuperado el día 17 de Septiembre de 2010 en: http://www.joseluisbrea.net/
[4] BONGIOVANNI, Pierre (1997). Acompañar los imaginarios mutantes.En  La Ferla, Jorge (comp.). Contaminaciones: Del videoarte al multimedia. Libros del Rojas, Eudeba: Buenos Aires.  p. 157
[5] Idem. p. 6
[6] Idem. p. 8
[7] DELGADO, Juan Carlos. Arte Digital y Acercamientos. Recuperado el día 28 de diciembre de 2009 en: http://www.juancarlosdelgado.com/p. 8
[8] WEIBEL, Peter (2007). La irrazonable efectividad de la convergencia metodológica entre el arte y la ciencia. En  La Ferla, Jorge (comp.). El medio es el diseño audiovisual. Editorial Universidad de Caldas y Eudeba: Colombia. 
[9] GONZALEZ, Paloma. ¿Qué es el arte digital? Inicio, referentes y conceptos básicos.(s.d.) p. 7




APROXIMACIONES AL ESTADO DEL ARTE Y LA ERA DIGITAL

por Malike Daniela Ledesma Muñoz.

Cogito ergo video”

J.-L. Godard

Hablar de lo que es el arte es andar por una senda llena de bifurcaciones, interconexiones y pasadizos secretos. Aquello que sea el arte no puede condensarse en un escrito o en una serie de disertaciones acerca de él.
            El arte es tan efímero, cambiante y volátil que algunas veces apenas se está tratando de describir un momento artístico cuando este ha sido superado e incluso se ha vuelto obsoleto.
            Pero, ¿el arte habrá sido, a lo largo de la historia, sólo un instante o se ha constituido como una manera de engañar a lo finito? El hombre se ha sabido como un ser finito, y es en el arte donde plasma su deseo de ser inmortal y de trascender.
            Es por esto que el mundo de los objetos artísticos había sido un lugar en donde la obra de arte debía tener cierto carácter de trascendencia a través del tiempo y de perdurabilidad. Así, los coleccionistas, curadores, museógrafos, archivistas, etc., se encargan de que la obra se conserve tan radiante como cuando fue hecha (y en algunas ocasiones, aún más).
            Es decir, el ser humano trata de compensar su finitud y vulnerabilidad al paso del tiempo, por medio de la creación y conservación de obras de arte perennes. Es por esto que el espectador está acostumbrado a pensar en los objetos del arte como imágenes (visuales, musicales, dancísticas, etc.) que perduran no sólo al tiempo físico, sino también a los gustos, valores y creencias de las sociedades en que fueron creados.
            Aquí es donde podemos hablar también de la Belleza. Nos han acostumbrado a que el ideal de belleza debe repetirse una y otra vez en las obras de arte. Es por esto, que el público que no se ha especializado en conocer el fenómeno artístico ha profundidad emite juicios de gusto y belleza a objetos que no deberían “leerse” bajo esos preceptos.
            Considerando lo anterior, se puede vislumbrar el por qué algunas personas del público que siguen reproduciendo patrones de interpretación anquilosados y caducos, no han podido darle al arte de la era digital un estatuto de confiabilidad y goce estético.
            Por ende, ¿qué espera el espectador de lo plástico (o de cualquier manifestación artística) del objeto? se preguntará José Luis Brea en su libro La Era Postmedia. Pues espera del objeto: estaticidad, inmovilidad e instantaneidad definitiva.
            Y, ¿la imagen tecnológica, puede cubrir con estas expectativas del espectador? La respuesta será negativa. La imagen tecnológica opera, precisamente, fuera de los esquemas clásicos de lo que debe ser una obra de arte.
            La imagen tecnológica no es estática, pensemos en el cine o en el video. Cuando alguien observa una pintura, dibujo o escultura (por decir algunos) lo que espera de ellos es que el objeto no se mueva, que tenga una presencia estática que nos envuelva en su “aura” y nos de manera instantánea el goce estético tan deseado.
            Ahora, antes de hablar del cine o el video, pensemos en Marcel Duchamp. ¿Acaso no es este artista el que desea plasmar el movimiento en objetos estáticos como pinturas, esculturas y dibujos en un vidrio? Así que Duchamp, entre otros tales como Vasarely o los artistas del Fluxus, empezaban a mover las estructuras de lo artístico y creaban imágenes en movimiento.
            En algunos casos, el cine, el video, la video-instalación, el arte digital, etc., siguen la inercia creada por algunos de estos artistas antes mencionados y buscan en la imagen tecnológica un “tiempo extendido, movedizo, imagen tiempo” (Brea, 2002).
Así pues, la condición tecnológica expande nuestra percepción del mundo, nos obliga a crear nuevos lenguajes, a descubrir nuevas formas de interpretar el mundo, en fin, nos enseña a “conocer” el mundo de nuevo.
            Será esta imagen-tiempo la que nos haga reconocer formas diferentes de creación artística. El tiempo deja de ser el número o la medida del movimiento y se convierte en su verdugo. No más interpretaciones del instante. No se nos está todo dado.
            Así que, como afirman Godard y Deleuze, la imagen tecnológica nos invita a pensar el mundo de las cosas virtuales, la simulación, la búsqueda del tiempo y de la diversidad de soportes que pueden “soportar”[1] la idea del movimiento como algo más que una sucesión de instantes.
            Toda esta re-conceptualización, no hubiera sido posible sin la ayuda de nuevos medios que inmaterializaran a la imagen y la hicieran etérea, intocable y sublime.
            Por otro lado, algunas veces, a pesar de lo que las nuevas tecnologías aportan a la imagen tecnológica, son estas las que no permiten que, según José Luis Brea, el video pueda establecerse como una nueva forma artística.
            Es decir, mientras no desaparezcan los proyectores de estas imágenes y la “oscurización” necesaria para apreciar el video, no se podrá considerar que éste es una nueva forma artística.
            Pero, ¿a quién le interesa que el video no sea una forma artística? El arte contemporáneo y los artistas contemporáneos escapan de la mirada de la historia continua a ser siempre etiquetados, caracterizados y por ende mutilados.
            Así que, aunque no se pueda considerar al video como arte, eso no impide que existan propuestas novedosas y que podamos reflexionar acerca de ellas además de poder gozarlas.
            Volviendo al tema de los nuevos lenguajes e interpretaciones del mundo que nos acercan los nuevos medios digitales, podemos decir que éstos nos impulsan en pensar en términos rizomáticos. Nos obligan a pensar el mundo como una serie de interconexiones que pueden ser llevadas al infinito.
            A propósito del pensamiento rizomático, los hipertextos, hipervínculos, wikis, etc., nos obligan a acercarnos al mundo de una manera discontinua, en la cual todo puede ser visto como una serie de interconexiones, como si estuviéramos viendo las raíces de una planta que se interconectan  con muchas otras plantas pero sin jerarquías.
            Y esta característica choca, de nuevo, con las concepciones establecidas y modernas de lo que debe ser el conocimiento, las ciencias y el arte.
            Este pensamiento rizomático tiene “soporte” en el desarrollo de nuevas interfaces que permitan y faciliten el intercambio de datos, así como la mutación de los soportes ya existentes y que derivarían en posibilidades de conexión, presentación y creación cada vez menos abarcables por la tradición de lo finito y la categorización.
            Es aquí donde se podría hablar acerca del nuevo museo que propone Brea en su libro Cultura Ram, este museo tendría sus bases en la memoria RAM. Una memoria que es aleatoria y que crea interconexiones que no necesitan de un orden específico. Volvemos a lo mismo una memoria que tenga capacidad rizomática y no sólo de lectura con un orden específico.
            Es decir, nuevos medios artísticos necesitan nuevos medios de presentación de las obras y de la información que debe contenerse en cada una.
            Así que los retos que debemos enfrentar los amantes del arte, estudiosos, curadores, historiadores del arte, etc., es tratar de crear nuevos vínculos y conceptos que hablen de las imágenes tecnológicas, el arte digital, el arte de la Web, entre otros, para poder pensarlos de manera rizomática y crear nuevas formas de entender e interpretar el mundo.
            Las nuevas tecnologías y las nuevas manifestaciones artísticas nos dan la oportunidad de crear también nuevas posibilidades de vivir en un mundo que depende de la simulación para poder ser entendido.



[1] Entiéndase este término como la palabra en inglés support.

Circuito Electrovisiones [Media Art] México

del 12 de Mayo al 3 Julio [EX Teresa]
 
SINTAXIS HÍBRIDA
A lo largo de la historia la implementación y consumo de dispositivos tecnológicos han influido en el comportamiento y pensamiento de la sociedad, el uso de la tecnología se ha incorporado en las actividades diarias de forma “natural”, abriendo nuevas vías de comunicación y expresión así como adentrándose en los territorios culturales. El uso de la tecnología como herramienta y alternativa de creación es denominado media art, esta manifestación ofrece distintas formas de interacción entre el medio, sus contenidos y el espectador, y refleja al ser humano contemporáneo como ente que se organiza por un conjunto de redes de conexión entre los datos, las personas y el mundo. Este concepto de arte camina por entornos fértiles de experimentación donde se hacen presentes distintas aplicaciones, diseños, interfaces y una infinidad de productos de consumo mediático que le sugieren nuevos contenidos a criterios establecidos anteriormente, así como una situación resbaladiza de distintas tendencias estéticas.


La Sintaxis es un sistema de reglas y relaciones que buscan la coherencia para una clara lectura. Sin embargo la integración de la informática en los medios audiovisuales, así como la acelerada actualización de las telecomunicaciones crean una multiplicidad de mashups que afectan el sistema de reglas del media art, por lo cual la tesitura de “Sintaxis Hibrida” se orienta a tres niveles sintácticos:

Obtención de datos (La maquina); De lo natural a lo analógico y de lo digital en lo físico.  

Los códigos (Los medios); Modelan y controlan la escala de las asociaciones, escritura de programas, transmisión de datos y nuevos códigos de composición audiovisual.

Los soportes (Presentación de la obra); Maneras de comunicar la idea artística a partir del uso de medios digitales, piezas interactivas, piezas inversivas, piezas participativas y/o objetos físicos.


Sintaxis Híbrida presenta una selecta programación de artistas nacionales e internacionales, así como la apertura a nuevos talentos y foros de discusión en un ambiente de acercamiento directo con el  público mediante  exposiciones, actividades académicas, presentaciones de proyectos y conferencias. Este ciclo de  actividades invita  al espectador a reflexionar sobre cuáles son algunas formas de experimentación, apropiación y lectura que ofrece el media art así como la afinidad y/o diferencia entre el arte, la comunicación, las ciencias y los medios digitales.
--
Alvaro Muñoz Ledo
Director Circuito Electrovisiones

jueves, 3 de febrero de 2011

BIENVENIDA


Este espacio es una plataforma del módulo El Arte y la Era Digital de la Maestría en Arte Contemporáneo de la Universidad de las Artes en Aguascalientes, México. El curso trabaja con algunas de las principales líneas de interés de los campos científicos y tecnológicos adoptados por el Arte, para analizar así algunos conceptos que han dado lugar al cuestionamiento de lo que es Arte en lo Digital con sus causalidades. De la misma forma examina algunos aportes teóricos en el campo de la estética y la comunicación que proponen posibilidades al afrontar la compleja Era Digital de la que se requieren diferentes perspectivas para poder analizar críticamente sus contribuciones tecnológicas en dicha epistémica actual del Arte Digital que se deriva en cambios culturales y sociales. Revisa en específico obras, autores y museos en México que abordan lo Digital como acercamiento al fenómeno enfatizando el alcance técnico-social-estético y artístico. 

Aquí el usuario podrá navegar  las entregas temáticas e informáticas de los participantes.